Frase del día:

"Nunca dejes de anhelar lo imposible, tarde o temprano lo conseguirás"

EL ENTORNO SAGRADO E IDEOLÓGICO EN EL TAHUANTINSUYO

INTRODUCCIÒN

Debe entenderse que dentro del mundo Inca, y asimismo andino, existió un sin fín de ideas que explicaban diferentes acontecimientos, fenómenos naturales y realidades observables. La explicación ideal evocada por los Incas, y demás antiguos pobladores, solo resalta aquella escasez de conocimiento científico- que no se duda haber sido aplicado, pero desconocido- mas dentro del aspecto práctico y cognoscitivo lograron establecer un orden para aquellas realidades presentes en su entorno.

La explicación, entonces ideal, permitió a las personas conocer más su realidad, a la cual se le asigno vida. Hablándose así de un Hilozoísmo, que el mundo, la realidad existente, es un ser viviente, capaz de actuar y sentir. Es decir consiste en afirmar que la materia inerte es capaz de tener una sensibilidad semejante a la de los seres vivos, estando dotada, como éstos, de un principio activo.

Esa facultad del hombre para atribuir cualidades de seres vivos a la naturaleza muestra la evolución de la racionalidad humana, y está debida a su percepción del comportamiento del mundo natural, mundo natural en el que desde hace mucho tiempo estuvo involucrado y de quien se favoreció para lograr un superior desarrollo social y económico, muy diferente al de otros hombre de otras muy diferentes culturas.

De este modo surgirá la adoración, el culto y un universo de ritos, no a un dios, sino a varios, ya que la naturaleza comprende infinidad de elementos y fenómenos, a quien el hombre le manifestará su adoración, por representar la naturaleza a aquellos oídos que oirán sus quejas, pesares y peticiones, además de recibir sus ofrendas.

1- La naturaleza como principio ideológico

En el Tahuantinsuyo, surgió un gran respeto por el entorno natural, los fenómenos y hechos observados tuvieron un significado muy especial en los pobladores. Para estos la naturaleza poseía una alma que lo hacía poseedor de vida, vida asimismo poseedora de un poder, una fuerza inherente; estas fuerzas eran las causantes de los fenómenos y hechos que se producían en el medio.

A estas fuerzas Waldemar Espinoza da a conocer con la denominación de Camaquem, fuerza que era poseída por toda clase de animales, plantas y demás elementos de la naturaleza.

El camaquem del dios o ídolo, según decían, era una sustancia primordial, un fluido inmaterial, suma de fuerzas sobre naturales. Pero estas cosas solo las entendían y explicaban las elites sacerdotales. (ESPINOZA, 1997:438)

Las fuerzas presente en todos los elementos de la naturaleza- desde la más simple roca hasta los más complicados fenómenos climáticos- eran conocidos por los pobladores, quienes recibían sus fuerzas tanto como ayuda para el progreso de la producción de la tierra como para el desarrollo de la vida misma; por esta razón, su importancia fue devuelta con un gran respeto y entregada veneración.

En este sentido Virgilio Roel nos menciona de una reciprocidad presente entre los elementos de la naturaleza, que por medio de sus fuerzas favorecían el desarrollo de la vida y los pobladores, quienes realizaban ritos, ofrendas y otras manifestaciones de agradecimiento.

Dicho de otra manera: para vivir, necesitamos alimentarnos, respirar y cubrirnos, todo lo cual implica que tomemos cosas y energías de los demás o de nuestro entorno. Asimismo, nosotros debemos no solamente ofrecerles medios y energía a todos los demás, sino también el debido respeto reverente o religioso a las cosas y a los espíritus que nos rodean y que conviven con nosotros. (ROEL PINEDA, 1998: 104)

Este pensamiento de reciprocidad era muy sencillo de entender: estos dioses, presentes en la naturaleza, ofrecían alimentos, tierras fértiles, agua y salud; por este motivo los naturales los veneraban y rendían cultos, ya que estos velaban por ellos.

2 Deidades del Tahuantinsuyo

Debe entenderse que los cultos o adoraciones a los dioses en el Tahuantinsuyo no eran recientes a su periodo de ocupación, sino más bien este culto responde al respeto por dioses presentes en diferentes regiones y ubicados desde tiempos más antiguos. Así por ejemplo -para dejar entendido esto- el culto a la luna proviene desde la cultura chimú (700- 1475 d.e.) quienes consideraban a la luna más poderosa incluso que el sol; pues veían que esta además de reinar durante la noche, lo hacía también durante el día, dominando al sol con los eclipses.

Sin embargo a pesar de la diversidad de dioses existentes, se ha logrado identificar a aquellas divinidades más importantes, así como a divinidades locales y regionales.

Empecemos por el culto a los cuerpos celestes, dioses reverenciados por los antiguos y a quienes, según ellos observaban y velaban por su bienestar.

2.1 El Sol-Inti- deidad suprema Inca

Desde la leyenda de la fundación inca -el cual nos narra la salida de los dos primeros padres incas (Manco Capac y Mama Ocllo) del Lago Titicaca por ordenes de su padre el dios sol, el cual dio la misión de buscar el lugar propicio para fundar una gran imperio- el sol ha sido considerado como el dios más importante del Tahuantinsuyo y quien dominaba a las demás divinidades.

Se le veneraba por ser considerado un dios fertilizador de la tierra y aquel creador de vida, se entendía que éste era fundamental para el desarrollo de la vida en la tierra. Asimismo Se le consideraba el padre de los linajes reales.

El culto al sol fue aceptado en todo el imperio y el encargado de su difusión fue el inca Pachacutec, quien junto a sus campañas militares por la cohesión de pueblos al estado inca difundió su culto y obligó la construcción de templos dedicados al sol para las poblaciones dominadas.

Uno de estos lugares de culto al sol y el más importante fue el Cori Cancha- antes llamado Inti Cancha (durante el gobierno de Inca Yupanqui) el cual Pachacutec reconstruyo.

Al reconstruir el Coricancha, Pachacutec lo llenó de objetos y adornos de oro y plata en abundancia, lo que motivo que se le cambiara el nombre de Inti Cancha (recinto del sol) por Coricancha (recinto de oro). El inca ordenó que el sol ocupase el recinto principal del templo, con la representación de Viracocha a su derecha, y de Chuquiylla, el relámpago, a su izquierda. (ROSTWOROWSKI, 2004: 123)

Asimismo el sol poseía tierras, los cuales abarcaban extensas áreas y estaban a cargo de un número alto de servidores destinados a su producción. Las tierras se hacían producir mediante formas de trabajo como la Minka, trabajo colectivo por parte del pueblo.

Las tierras de culto se cultivaban para cosechar maíz y otros productos, así como para mantener a un gran número de sacerdotes, acllas y otros servidores. (SILVA SANTISTEBAN, 1981: 116)

2.2 Luna –Quilla- esposa y hermana del Sol

La diosa Quilla, hermana y esposa del sol, era la señora de los vientos, de las esposas del Sapa Inca, de las ñustas y del parto de las mujeres. Pero como ya se mencionó su adoración se asocia desde mucho tiempo antes del imperio Inca.

La luna era la divinidad protectora de las mujeres casadas. Parar venerarla, las quichuas ayunaban y guardaban continencia cada luna nueva. (BEUCHAT, 1918: 594)

Era símbolo de lo que crece y declina, de lo que nace, progresa y muere; símbolo de nacimiento, desarrollo, muerte y resurrección, resurrección que sigue a un tiempo de eclipse, como la luna nueva que vuelve a la vida de modo invisible. Esta tenia infinidad de templos , pero los más notables estaban en la isla de Coatí y en la llacta del Cuzco; de la misma forma se le festejaba fiestas : la de Collaraimi

Asimismo los Incas creyeron que las estrellas, presenten en el firmamento, junto con el sol y la luna, eran guardianes celestiales y que cada clase de animal y ave tenían su propia estrella o constelación. Los arrieros de llamas oraban a la constelación de la llama, que conocemos como Lira. Nuestra constelación, las Pléyades, fue Collca para los incas, que significa almacén. Se la hizo responsable de la preservación de las semillas y fue especialmente honrada.

A elementos del mundo terrenal los incas también veneraban y rendían culto. Debido a la importancia de las actividades andinas, muchos dioses corresponden o se relacionan con la agricultura, la tierra, a la pesca y al mar.

2.3 Pachamama- madre tierra

Entre estas deidades terrenales tenemos, principalmente, a la Pacha Mama: deidad fuente de vida y fertilidad; que era adorada también desde hace tiempo atrás, por ser la encargada de proveer de buenas cosechas y favorecer los alimentos para la vida.

En el Tahuantinsuyo su culto era importante porque de esto dependía el éxito de las cosechas que se producían en las diferentes tierras (del sol, del estado del pueblo). Además se pensaba que era la madre de las conapas, que son los espíritus de las plantas cultivadas, la que a la vez eran tenidas por las “madres de los alimentos” como saramama (del maíz) cocamama (de la coca) o uchumama (ají).

La agricultura en el mundo andino es mucho más que una simple actividad productiva, pues se encuentra íntimamente ligada a la religiosidad y a las prácticas de culto que el hombre y la mujer del Ande mantienen con la tierra. Este recurso es considerado espiritualmente como un suerte de figura maternal; de hecho recibe el nombre de Pacha mama o Madre tierra. En las actividades agrícolas, especialmente en las épocas de siembra o cosecha, son comunes los gestos rituales y las ofrendas dedicadas a la Pachamama. (ROSTWOROWSKI, 2004: 137)

2.4 Illapa – dios Trueno o Rayo

Los andinos consideraban al rayo, trueno o relámpago o relámpago como uno y lo llamaron Illapa, este fue divinizado por los hombres andinos por la tremenda fuerza de su presencia en el cielo, y fue imaginado como un guerrero que sacudía una honda desatando un tremendo ruido (trueno)

En el Perú representaban el rayo como un hombre celeste, vestido de resplandecientes vestiduras, armado de una honda y de una maza, disponiendo, a su antojo de la lluvia. El indio notó pronto que el trueno que retumba en las sonoras quebradas, sacudiendo las cumbres y peñas, no era una fuerza aislada. Antes de oír sus estrépitos sobre la cordillera, había vislumbrado un inmenso resplandor del Oriente al occidente; aquella “uña de fuego”, que rasgaba las tenebrosas nubes, era seguida de una flecha de oro que lo calcinaba todo a su paso; fantástica culebra animada en las nubes. (CLEMENTE, 1964: 212)

2.5 Pachacamac

Pachacamac era aquel dios creador del mundo (tierra), la palabra “Pacha” es extremadamente rica de sentido: Tierra, vestido, tiempo, todo cuanto indica movimiento. (CLEMENTE, 1964: 214)

Él animaba al mundo, a las plantas, animales. Asimismo producía movimientos de la tierra, reflejados estos en los sismos.

El inca Garcilaso nos menciona que este era invisible y que estaba prohibido representarle de alguna forma. Decían que era invisible y que no se dejaba ver, y por esto no le hicieron templos ni sacrificios como al sol, mas de adorarle interiormente con grandísima veneración, según las demostraciones exteriores que con la cabeza, ojos, brazos y cuerpo hacían cuando le nombraban. Esta doctrina, habiéndose derramado por fama, la admitieron todas aquellas naciones, una después de conquistadas y otras antes. (GARCILASO DE LA VEGA, 2005: 190-191)

Su templo se edificó en el valle de Lurín, este constituyó un oráculo al que se era consultado por diferentes y numerosos peregrinos quienes llenaban el interior del templo con ofrendas, tanto sacerdotes como el mismo Sapainca asistían es este.

Hasta cierto tiempo Garcilaso De La Vega, dio la fama a Pachacamac de ser el dios creador de todo en el mundo observado por los Incas; la lectura de sus comentarios Reales de los Incas logró confundir a los estudiosos del pensamiento inca.

Es de saber que, como en otra parte hemos dicho y adelante diremos, y como lo escriben todos los historiadores, los Incas Reyes del Perú, con la lumbre natural que Dios les dió, alcanzaron que había un Hacedor de todas las cosas, al que llamaron Pachacamac, que quiere decir: el hacedor y sustentador del universo. (GARCILASO DE LA VEGA, 2005: 190)

En este sentido se puede resaltar, como se mencionara más adelante, la actitud de muchos cronistas por occidentalizar la vida, costumbres y creencias del pueblo andino, fiel al modelo de evolución Europeo.

A propósito de este punto, es bueno citar a BEUCHAT quien nos menciona sobre la actitud asumida por Garcilaso con respecto a su pensar de Pachacamac como dios universal.

Parece verdaderamente que Garcilaso De La Vega ha querido, en esta circunstancia como en muchas otras, hacer a los peruanos mucho mas semejantes a los europeos de lo que eran en realidad. Su Pachacámac se asemeja demasiado al “Dios” de los españoles. Parece que esta creación mitológica se haya inspirado en la gran fama que tenía, en la época de la conquista, el célebre templo de Pachacámac. No habiendo podido los Incas apartar a los yuncas de su antiguo culto, habían dejado en pie el santuario que, según todas las probabilidades, estaba dedicado a divinidades no solares. (BEUCHAT, 1918 : 596-597)

2.6 Wiracocha – dios del universo *

En el altar del Coricancha encontramos al Sol y a la Luna, pero encima de este encontramos, en su forma ovoide, una materia a quienes están subordinados los primeros cuerpos celestes mencionados. Este es Wiracocha, dios muy antiguo y representado como un ser antropomorfo con dos varas por diferentes culturas como: Chavín, Tiahuanaco y Wari, y a quien Pachacutec al parecer reconoció su importancia y no lo excluyó del templo principal del sol.

Como se mencionó anteriormente, el dios creador del universo y por ende de todo lo observado, recibió el nombre de Pachacamac – esto según Garcilaso de la Vega-. Sin embargo, ya es conocido que quien merece la fama de Creador no es nada menos que Wiracocha, dios principal en la cosmovisión andina.

Los cronistas han deducido de Wiracocha al ser creador de todo, sus investigaciones sobre este ser los han llevado a recolectar leyendas y mitos, en diferentes lenguas (pero que siempre presentan una similitud con el vocablo principal), pero que encierran el significado de un ser supremo. Asimismo, buscando la explicación de este ser supremo, los cronistas lo trataron de explicar, según las diferentes traducciones que puede poseer este nombre (Wiracocha) en una concepción que invista la real representación de este ser ante los hombres andinos.

María Luisa Rivara de Tuesta, Profesora de la UNMSM, nos menciona las investigaciones recogidas por diferentes cronistas con la finalidad de sustentar la concepción de ser supremo creador de todo.

Este criterio está sustentado por Juan de Betanzos, Pedro Cieza de León, Francisco López de Gómara, Cristóbal de Molina, Martín de Murúa, Pedro Sarmiento de Gamboa, José de Acosta y Román y Zamora.

Para Juan de Betanzos Viracocha Pachayachachic era el hacedor o creador del mundo y dice así: “ellos tienen que haya uno que es el Hacedor, a quien ellos llaman Viracocha Pachayachachic, que dicen Hacedor del mundo, y ellos tienen que éste hizo el sol y todo lo que es criado en el cielo y tierra ...”

Manifiesta Pedro Cieza de León que: “Estos naturales del Collao dicen lo que todos los mas de la sierra, que el hacedor de todas las cosas se llama Ticeviracocha ...”

Para Francisco López de Gómara, Pachacama “significa criador, y desterró a Con ... crió él de nuevo los hombres y mujeres como son agora, y proveyóles de cuantas cosas tienen”

En Cristóbal de Molina se alude “al Hacedor, a quien en lengua de éstos le llama Pacha yachachi, y por otro nombre Tecsi Viracocha, que quiere decir incomprensible dios ...”

Martín de Murúa consigna que es a “Tipsi Viracocha, ... a quien tenían por criador del mundo...”

Pedro Sarmiento de Gamboa manifiesta: “Dicen los naturales de esta tierra, que en el principio, o antes que el mundo fuese criado, hubo uno que llamabanViracocha. El cual crió el mundo oscuro y sin sol ni luna ni estrellas; y por esta creación le llamaron Viracocha Pachayachachi, que quiere decir Criador de todas las cosas” (RIVARA DE TUESTA, 2000: 98-132)

Pese a su pasado histórico e importancia en las culturas andinas; en el Tahuantinsuyo la adoración a Wiracocha no fue tan exaltada como la adoracion al dios sol. Sin embargo a este dios no lo eliminaron, porque también lo veneraban y tenían mitos que vinculaban a ese dios con ellos mismos.(…) los incas una vez establecidos en el Cuzco, lo siguieron nombrando, haciéndole estatuas y levantándole por lo menos siete templos( Cacha, Urcos, Quishuarcancha (Cuzco), Amaibamba, Huaypar, Chuquichanca y Tambo), todos en el área cuzqueña. (ESPINOZA, 1997:442)


3- Otras deidades y sus cultos en el Tahuantinsuyo

Dentro del Tahuantinsuyo se rindió culto, además de a los dioses principales, a entes sagrados, de quienes se les consideraba también divinidades por la significación y el origen que estos poseían.

Entre estos tenemos a los Apus, que eran los espíritus de los cerros o montañas. Estos principalmente estaban vinculados a determinados pueblos (cada uno de los pueblos poseía un Apu determinado), además poseían cualidades propios que los caracterizaban, por esto su culto era a favor de lograr su protección.

Las mallquis o héroes momificados eran antepasados, generalmente antiguos Incas, a quienes sus descendientes adoraron y veneraron como protectores del grupo. Waldemar Espinoza nos menciona que sus descendientes cuidaban de rendirles un culto permanente mediante ofrendas y ritos que también comprendían fiestas y sacrificios. Los paseaban procesionalmente por sus chacras para obtener buenas cosechas y llevándolas a las campañas de guerra para conseguir victorias. Así ocurrió con los chancas; que siempre acarreaban consigo en sus expediciones a Uscovilca y Ancovilca (ESPINOZA, 1997:461)

Las huacas, mal entendidas hoy en día como zonas o monumentos arqueológicos, eran en su época el lugar donde habitaba un ser sagrado. Estas zonas, que eran construidas por los pobladores o simplemente eran parajes naturales, constituían el lugar de contacto entre los hombres y el ser sagrado.

4. El aspecto sacerdotal en la sociedad Inca

La religión del mundo occidental debe entenderse como la forma por medio del cual el hombre logra la salvación de su alma, para convertirla en eterna y lograr la tranquilidad en el reino de un dios omnipotente y omnipresente. En el Tahuantinsuyo, como en gran parte de las antiguas culturas andinas- por no decir todas- la adoración a un ser supremo poseía fines no tanto espirituales sino mas bien productivos.

La producción de la tierra era entendido como vital para el desarrollo y sostenimiento de la población, por esto la creencia en elementos de la naturaleza, a los cuales lo hombres veían causantes de la producción de alimentos, fue de suma importancia.

En este sentido un estado como el Tahuantinsuyo no pudo ignorar un elemento tan importante para su consolidación como imperio: el culto, el cual fue difundido por la clase sacerdotal, que entendía su función en el sistema.

La clase sacerdotal pertenecía a la nobleza inca y por ende gozaba de los privilegios; estos sacerdotes habitaban los diferentes templos que existían en el Tahuantinsuyo. Sin embargo poseían diferentes funciones: unos eran los encargados de dirigir los ritos y establecer los días de estos según el calendario, otros estaban encargados para custodiar oráculos y otros eran administradores de rentas, caso del sacerdocio de Pachamancac, cuyos sacerdotes se dedicaban al comercio, y con gran éxito.

Además se debe mencionar la existencia de sacerdotisas, como las llamadas mamaconas, quienes eran las encargadas de las enseñanzas de ritos y practicas textiles y domesticas en las Acllas. Otras sacerdotisas se encontraban encargadas de ciertos oráculos, como el de Apurímac.

La existencia de una jerarquía en la clase sacerdotal, mostraría que no todos poseían las mismas actividades ni las mismas especialidades en el estado inca, Waldemar Espinoza menciona la gran abundancia de estos sacerdotes y su división de estos en varias categorías (dedicados a diferentes labores y lugares) sin embargo, el principal de todos estos lo constituía el sumo sacerdote de cada una de las respectivas divinidades (Sol, Pachamancac, Huari).Asimismo estos sacerdotes eran poseedores de linaje, es decir tenían su esposa y descendencia, lográndose transmitir la ocupación de padre a hijo. (ESPINOZA, 1997:471)

Sobre la división en las categorías de es estos sacerdotes, BEUCHAT nos menciona que Los Huillac o amautas eran los grandes sacerdotes. Ellos enseñaban la religión a los restantes sacerdotes y al pueblo. De entre ellos eran elegidos el gran sacerdote y los inspectores del culto oficial. Lo que daría a entender que el sacerdote podía ser incluso uno de los dos incas. El jefe de todo el sacerdocio en el estado era el Huillac Humu, el supremo sacerdote**.

El gran sacerdote, Huillac Humu, era nombrado de por vida. Debía pertenecer no solamente al clan de los Incas, sino también ser pariente próximo del inca reinante, hermano, tío, sobrino. Si no había en la familia inca reinante quien reuniera las condiciones exigidas, se elegía un amauta que conociera a fondo las materias religiosas y que estuviera emparentado en algún grado con el soberano.

(…) El Huillac Humu conversaba con la divinidad y por su mediación el Sol comunicaba sus órdenes al pueblo. Ninguna reunión podía celebrarse, ningún templo ser construido sin su permiso. El nombraba los historiógrafos encargados de conservar el recuerdo de los hechos que había tenido lugar en el reinado del inca. Èl también cuidaba de que el culto se conservase puro en las provincias, y tenía a este efecto mensajeros que inspeccionaban los templos y debían reprimir cualquier intentona de los pueblos conquistados de volver a la adoración de sus antiguas divinidades. (BEUCHAT, 1918: 596-597)

Estos sacerdotes eran mantenidos a expensas del pueblo; debe recordarse que las rentas del clero consistía en un tercio de las contribuciones de estado, y estas se adquirían de las producciones en las tierras del Sol. Estas rentas, siendo considerables, eran raramente consumidas por los sacerdotes, lo que indicaría que o bien se almacenaban o eran repartidos entre los enfermos, viudas y otros dependientes.

Existía además una jerarquía conformada por los sacerdotes menores y adivinos existentes en el estado. BEUCHAT nos da mención de algunos de éstos, identificados por los cronistas.

Los sacerdotes inferiores se dividían en varias clases. Las dos principales eran las de los Hacuc, quienes hablaban con las divinidades y explicaban al pueblo los oráculos, y los Hamurpas augures y adivinos. Estos últimos se subdividían en diferentes grupos: los Humurpas, propiamente dicho, quienes obtenían sus augurios de la observación de las aves o del examen de los intestinos de los animales sacrificados. Y los Socyac y los Ashacuc que predecían el porvenir arrojando granos de maíz y deduciendo indicaciones del número par o impar devueltos de cierto lado, asimismo la lectura de las hojas de coca eran realizados por esta clase de sacerdote. Ambas clases de sacerdotes eran designados por el Inca.

El último lugar de esta jerarquía sacerdotal estaba conformado por los Yana Huillac, quienes constituían los sirvientes o ayudantes del Huillac Humu en el Coricancha.

5- Festividades y su ritualidad en el Tahuantinsuyo

El estado y pueblo inca realizaba festividades muy significativos, estos estaban principalmente referidos a las cosechas, sin embargo también existían las propias del matrimonio, del nacimiento entre otras.

Se tenían fiestas todo el año, una cada mes*, las cuales eran joviales, comunitarias, llenos de cantos y donde se realizaban sacrificios de animales.

Las festividades de importante carácter las constituían las de adoración a las divinidades, como al sol (Inti Raimi) y a la luna, (Colla Raimi) de igual forma al Sapa inca (Capac Raimi) ***, pero fue la fiesta del Inti Raimi, en adoración al sol, la principal en el Tahuantinsuyo.

El Inti Raimi tenía lugar en junio (21 ó 22) correspondiente al solsticio de invierno. En esta fecha los miembros del estado, panacas y ayllus reales se juntaban en la ceremonia que se realizaba en la plaza mayor del Cuzco y en Coricancha. Esta fiesta duraba 9 días, pero los ritos principales eran realizados el primer día por el Sapainca, quien debía estar preparado con 3 días de ayuno consistentes en la abstención de sal, ají, chica y sexo.

Hacia el rey las primera ceremonias como sumo sacerdote, que aunque siempre había sumo sacerdote de la misma sangre, porque lo había de ser hermano o tío de Inca, de los legítimos del padre y madre, en esa fiesta, por ser particular del Sol, hacia las ceremonias el mismo Rey, como hijo primogénito de ese Sol, a quien primero y principalmente tocaba solemnizar su fiesta. (GARCILASO DE LA VEGA, 2005: 182)

Los días siguientes a la ceremonia principal el pueblo se entregaba a las festividades con grandes regocijos, danzas, cantos y bebidas.

En diciembre se realizaba el Capac Raimi, esta festividad que también se hacía en honor al Sapainca, correspondía a las celebraciones de inicio del año andino, consistiendo en el inicio del solsticio de verano, muy similar al de junio, en el que se produce el solsticio de invierno.

Esta fecha es utilizada para celebrar los ritos iniciación o madurez de los adolescentes. En el curso de la ceremonia se corta el pelo a los jóvenes que habían alcanzado la adolescencia.

En setiembre se realizaba la fiesta en honor a la luna y a la coya esposa del Sapainca; asimismo en estas fechas se iniciaba el rito de las purificación, que se efectuaba a favor de preservar las cosechas y ahuyentar las enfermedades. Las actividades que se realizaban en estas fechas nos lo da a conocer BEUCHAT con detenimiento:

Preparatorio para ella era un ayuno de varios días. La víspera por la tarde, los peruanos se proporcionaban un pedazo de cancú, pan sagrado, amasado con sangre de animales sacrificados. Después de haber tomado un baño, se frotaban con el cancú, para purificarse y hacer salir del cuerpo los principios morbosos. El jefede la familia frotaba también la puerta de la casa, para ahuyentar de ella las desventuras. El huillac humu hacia lo mismo con las puertas del palacio del Inca, de los templos y del convento de las vírgenes del sol. Esta jornada preparatoria terminaba con una oración selemne a Inti. Al dia siguiente por la mañana, un miembro de la familia Inca, ricamente alhajado y con una lanza en la mano, aparecia a la puerta de la ciudadela de sacsayhuamán, donde hacia un conjuro. Iba li¿uego a la plaza de Huacay pata donde hacia un nuevo conjuro: “ En calidad de menmsajero del dios, os expulso a todos, enfermedades y males de todas clases, de esta ciudad, de sus alrededores y de todo el Imperio del Tahuantinsuyo”. Luego, otros cuatro miembros de la familia de inca se dirigían a los cuatro puntos cardinales, agitando sus lanzas, en tanto la población, reunida en las calles, lanzaba gritos de alegría.

Los mensajeros salían luego de la ciudad y plantaban sus lanzas en el suelo, para mostrar que el mal estaba expulsado.

Por la noche el pueblo iba a arrojar a los ríos haces de leña encendidos, para expulsar al mal de la noche como se había hecho con el día mediante la lanza. Se sacrificaban luego llamas a Inti, y se distribuían al pueblo grandes cantidades de chicha. La fiesta duraba hasta el fin de la luna nueva, acompañada de grandes regocijos. (BEUCHAT, 1918: 609)


Notas:

* Con toda esta evidencia no cabe a dudas que, a causa de los cronistas y misioneros católicos, la visión de un dios único fue implantado como una creencia a los naturales, para la explicación de un origen con similitud occidental. Este planteamiento lo finaliza Valdemar Espinoza con lo siguiente: El que Huiracocha sea dios hacedor y creador de las cosas es, por lo tanto, una exageración e invento, un fruto de los tristemente celebres “extirpadores de idolatrías”, nombre con el que se conoce a los que persiguieron y destruyeron las religiones andinas.

** Al sumo sacerdote llamaban los españoles Vilaoma, habiendo de decir Uiman Umu, nombre compuesto deste verbo uilla, que significa decir, y deste nombre umu, que es adivino o hechicero. (GARCILASO DE LA VEGA, 2008: 139)

***Capac Raimi: diciembre; Uchuy Pocoy: Enero; Jatun Pocoy: Febrero; Paucar Huaray: Marzo; Airihuay: Abril; Aimuray: Mayo; Inti Raimi: Junio; Anta Situha: Julio; Cápac situha: Agosto; Capac Raimi: Setiembre; Uma Raimi: Octubre; Aya Marca: Noviembre (Waldemar Espinoza sólo se refiere al Inti Raimi y al Capac Raimi como las más principales por estar dedicadas al dios sol)




Bibliografía Consultada


  1. BEUCHAT, H. Manual de Arqueología Americana. Traducción de domingo Vaca. Daniel Jorro Editor. Madrid, 1918
  2. CLEMENTE PERROUD, Pedro. El Imperio del Arco iris- Historia de los Incas. Editorial el Perpetuo Socorro. Madrid, 1964
  3. DE LA VEGA, Garcilaso. Comentarios Reales de los Incas- Antología. Empresa Editora El Comercio S.A. Lima- Perú, 2005
  4. ESPINOZA SORIANO, Waldemar. Los Incas - Economía Sociedad y Estado en la era del Tahuantinsuyo. Amaru editores, Lima- Perú, 1997
  5. ROEL PINEDA, Virgilio. Historia de los Incas y de España. Herera Editores. Lima- Perú, 1998
  6. ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, Maria. Enciclopedia Temática del Perú –Incas (T. I) Empresa Editora El Comercio S.A. Lima- Perú, 2004
  7. SILVA SANTISTEBAN, Fernando. Historia del Perú (Tomo I). Editorial Buho. Lima- Perú, 1984.
  8. RIVARA DE TUESTA, Maria. Wiracocha (Dios), pacha (mundo) y runa (hombre) en la cultura prehispánica (incaica). Publicado en: Pensamiento prehispánico y filosofía colonial en el Perú. Lima, FCE, Tomo I, 2000, pp. 98-132.
  9.  
Articulo elaborado por Eduardo Martin, Alanya Huanca . UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN “Enrique Guzmán y Valle” La Cantuta. FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES-Especialidad: Ciencias sociales -Geografía, 2009













5 comentarios:

  1. axu amio a la firme me pareces bien feito ha.............jejjejej tampoco me gusto ok .............y una cosita max no seas tan orguyosito jejejeje ok ok ok jjejeje

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  2. aquì se lee, no es un blog de concurso de belleza. te recomiendo verte al espejo

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  3. nunca escribes lo q busco o by gosh

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  4. NO ME GUSTÓ PARA NADA TU RECOPILACIÓN DE DATOS. EN EL TAHUANTINSUYO NO HUBIERON DIOSES. ESTUDIA UN POCO MÁS. LOS DIOSES SON UNA CREACIÓN CULTURAL DEL "VIEJO MUNDO". POR NO DECIR OTRA COSA. TE RECOMIENDO LEER MÁS DE LA COSMOVISIÓN ANDINA NATES DE PAVONEARTE DE SABER ALGO.
    MUCHO TECNICISMO Y NADA DE CONOCIMIENTO.

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  5. ESTIMADOS AMIGOS:
    Solicito mi clan aborigen Sapa Inca Manco Capac porque soy el Dios de la creacion inca Viracocha y porque tengo el clan comanche del lobo plateado y el clan aborigen mundial.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Clan Aborigen Guatemalteco.

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